Va, pensiero su ali dorate» es el coro del tercer acto de la ópera Nabucco, de Verdi, con letra de Temistocle Solera, inspirada en el Salmo 137 «Super flumina Babylonis». Calificada tantas veces como la «obra judía de Verdi», canta la historia del exilio hebreo en Babilonia tras la pérdida del Primer Templo de Jerusalén. Este coro le dio fama a Verdi y le erigió en un simbolo del nacionalismo italiano en pleno proceso de unificación.
Posteriormente se convirtió en un himno para patriotas italianos, quienes, identificándose con el pueblo hebreo, buscaban la unidad nacional y la soberanía frente al dominio austríaco. La canción, cuyo tema es el exilio y que expresa nostalgia por la tierra natal, así como la frase «Oh mia patria sì bella e perduta!» (en italiano, «¡Oh patria mía, tan bella y perdida!») resonaba en el corazón de muchos italianos)
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